Cartagena, la preferida por los inversionistas
Tanto nacionales como extranjeros prefieren el centro histórico de La Heroica para invertir en finca raíz y pasar la temporada de vacaciones.
El auge inmobiliario en Cartagena es un hecho y los precios de la finca raíz están en alza, a pesar de las dudas sobre si tendrá o no la infraestructura de servicios para soportar esta dinámica. Pero al margen de los imponentes proyectos 'a la vista' hay otros cuyo metro cuadrado costaría 6 millones de pesos. Lo que llama la atención es que se trata de inmuebles en ruinas... Sí, leyó bien, en ruinas.
"El Corralito de Piedra se ha convertido en el refugio de los famosos y de los altos ejecutivos que buscan un poco de tranquilidad dentro de la ciudad antigua, donde hay casas entre 250 y 300 años de construidas que son verdaderos patrimonios de la arquitectura", comenta Iván Ponnefz, administrador de empresas y corredor de finca raíz.
Él destaca la llegada de altos gerentes de empresas, expresidentes y actores dispuestos a pagar -por ejemplo- mil millones de pesos por una casa ubicada en un lote de 8 metros de frente por 30 de fondo.
Aljibe, patios enmarcados por arcos, patio y traspatio, y alturas de cinco metros con el encanto de la ciudad caribeña por excelencia son sólo algunas de las razones por las cuales está en alza la inversión.
"Por el costo, muchos propietarios buscan grupos de seis inversionistas para restaurar un bien y convertirlo en apartamentos independientes de unos 80 metros que se venden en 400 millones de pesos, aproximadamente", explica Ponnefz.
"Lo curioso es que muchas propiedades se venden a 'distancia' pues los compradores ni siquiera se molestan en conocer el predio", asegura el experto. "Además, con cada venta el precio se eleva casi instantáneamente pues siempre hay alguien dispuesto a ofrecer más al ver que 'perdió' la oportunidad", agrega.
Eso sí, es importante supervisar la tradición de los bienes ya que -por su edad- es común que tengan líos de herencias. Luego, la clave está en encontrar un buen arquitecto restaurador que rescate el encanto que la propiedad tuvo en su época, pero actualizándola con los requerimientos tecnológicos y los diseños interiores modernos.
Un poco de historia
En el siglo XVII, el fuerte de Santa Cruz de Castillogrande se ubicaba en la Punta del Judío (donde hoy está el Club Naval) y cruzaba fuegos con el Fuerte de Manzanillo al otro lado del canal. El Baluarte del Reducto se ubicaba en el extremo de la entonces Isla de Getsemaní.
En el Cerro de San Lázaro se encontraba un fuerte que años después se transformaría en el Castillo San Felipe.
Un ingeniero de apellido Arévalo construyó las bóvedas a prueba de bombas -ubicadas entre el Baluarte de Santa Catalina y el de Santa Clara-.
Otros detalles de la inversión
Las vigas, que después de 300 años continúan intactas y le dan un toque colonial al diseño, son las más preciadas en las viviendas.
La piedra y los muros son las reliquias que más se conservan. En general, los nuevos propietarios buscan construir una piscina en alguno de los patios.
Las obras pueden costar, en un promedio conservador, 1,5 millones por metro cuadrado.
Lo mejor del asunto es que los personajes que compran y remodelan sólo usan la casa durante las vacaciones de diciembre y en Semana Santa.
Datos históricos
Desde su fundación (en 1533), Cartagena fue codiciada por ingleses y franceses por ser puerto negrero y comercial.
Precisamente por esto empezó la construcción de su mayor valor agregado: las murallas de protección (que tardaron tres siglos y hoy son patrimonio de la humanidad). También reemplazó a Santa Fé como capital del nuevo mundo en varias ocasiones.
Los Baluartes de Santa Catalina y San Lucas eran dos baterías militares que protegían el acceso por tierra desde el norte, hoy son el sector de El Cabrero.
Las baterías de Punta Icacos (donde hoy está el Hotel Caribe) defendían la entrada por el sur; y las dos baterías en el hoy Baluarte de Santo Domingo afrontaban el acceso frontal desde el mar y desde la península de Bocagrande.
Ante la insuficiencia de estas defensas, la Corona Española contrató al ingeniero italiano Bautista Antonelli para convertir la ciudad en la plaza mejor fortificada en América. |