|  Antiguamente se conocía como Calle Canabal.     Se dice que en la Calle de La Magdalena en una casa como cualquier 
              otra vivía una muchacha con su familia; eran pescadores que se ganaban 
              la vida modestamente en cercanías del Caño San Anastasio, hoy desaparecido 
              bajo el sector de La Matuna. La joven en cuestión era muy poco llamativa 
              en cuanto a belleza se refiere. Ayudaba a sus hermanos en el proceso 
            de pesca.
 Cierto día tomó la costumbre de apartar la tripa de cuanto pescado 
              descuartizaba para después comérsela ella sola luego de sazonarla 
              y freirla. No tardó el vecindario en enterarse del singular hábito 
              de la muchacha y tardó mucho menos en apodarla "La Tripita". Un día festivo en que el pueblo estaba en las calles, la niña resolvió 
              acicalarse para salir también, y se puso unas medias que le había 
              regalado la madrina. Los vecinos al notar la prenda que estrenaba 
              con orgullo la muchacha no atinaron sino a exclamar: "Vee, si la 
              tripita lleva medias puestas". Y según dicen, a partir de entonces 
              la llamaron "Tripita y media". Cuando se quería ubicar a alguien, 
              la gente común decía "Allá donde vive la tripita y media". Y ya 
              la calle lleva más de doscientos años con este peculiar apelativo. 
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